Justo Hernández, docente e investigador de Historia de la Medicina en la ULL. Foto: PULL

Justo Hernández critica pasividad ante la expansión del COVID-19

Sociedad

Justo Hernández, doctor en Medicina y Cirugía, especialista en Medicina Renacentista, miembro del Instituto Universitario de estudios Medievales y Renacentistas y docente e investigador de Historia de la Medicina en la Universidad de La Laguna desde hace 25 años, subraya que no se entiende por qué Occidente no tomó medidas contra la expansión del coronavirus con la suficiente antelación, considerando que vivimos en una aldea global avanzada tecnológicamente y que dispone de información en tiempo real.

En este sentido, Hernández critica el exceso de confianza y la falta de previsión por parte de los países occidentales. «Por no haber afrontado problemas temporales, ahora las consecuencias son peores. Sucedió en China, Italia, Reino Unido, Francia, Rusia, Estados Unidos y España, que todavía sigue careciendo de los medios de protección adecuados y de test diagnósticos «, afirma.

Además, destaca que esta ha sido tan devastadora, en parte, porque no se ha hecho caso a los avisos de las autoridades sanitarias que indicaban que podía surgir una situación de estas características.

Posible rebrote de la enfermedad en otoño


Justo Hernández apunta, también, que una característica de la pandemia actual es que es la que más ha perjudicado a la economía mundial debido a la hiperconectividad existente gracias a las conexiones aéreas. Por esto, advierte de un posible rebrote de la enfermedad del COVID-19 en el próximo otoño si volvemos a la normalidad sin haber encontrado una vacuna.

La histórica situación de confinamiento actual, derivada del estado de alarma por la COVID-19, origina inevitables comparaciones con las diferentes pandemias y epidemias a las que se ha enfrentado el ser humano a lo largo de su historia. El investigador señala que ya han existido precedentes con características similares e, incluso, peores, como la pandemia de gripe de 1918-1920, que se saldó con un total de 50 millones de fallecidos, «sin duda la más contagiosa y global de la historia».

Del mismo modo, recuerda que hace unos años la humanidad se enfrentó a la mutación de un virus que también registró dimensiones planetarias. Fue el VIH, un virus de simios africanos que se transformó en el SIDA.

 

 

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