¡Destierra la báscula de tu casa!

Fitness

Cuando una persona decide tomar las riendas de su salud y cambiar su estilo de vida, una de las metas que se fija es bajar de peso. Aparte de armar la nevera y la despensa con los alimentos más sanos que encuentra en el supermercado y empezar una dieta baja en calorías, le pone pilas nuevas a la balanza, la cual se convierte en el mayor referente para medir los progresos día a día. Sin embargo, esta máquina no es perfecta haciendo este trabajo, ya que hay muchos otros factores a tener en cuenta. En este caso, el número no es lo único importante.

Para empezar, hay que dejar muy claro que pesarse todos los días, o incluso varias veces al día, no es la mejor idea, porque esta conducta puede derivar a trastornos de ansiedad graves o afectar a tu relación con la comida. Por otro lado, las balanzas tradicionales que se suelen tener por casa o las de la farmacia no distinguen entre los distintos parámetros de medición: la cantidad de grasa, músculo y agua. Lo junta todo en una misma cifra, que al final puede que no sea lo que se espera la persona que lleva semanas comiendo sano y haciendo ejercicio.

Cuando el número baja drásticamente en poco tiempo, fruto de alguna de estas dietas milagro, lo que ocurre es que el organismo ha perdido mucha agua retenida y más masa muscular que grasa, puesto que cuando se restringen las calorías violentamente el cuerpo entra en una especie de modo reserva y se come a sí mismo mientras reserva la grasa para mantener fuente de calor y energía. Sin embargo, si el descenso es más bien sostenido, quiere decir que la persona esta perdiendo grasa mientras incrementa su masa muscular, la cual pesa más que el tejido adiposo y puede incluso ocupar más espacio. Es por esto, que lo más fiable son las medidas tomadas con una cinta métrica o testar qué tan suelta va quedando la ropa que vestimos a medida que pasa el tiempo en el plan de pérdida de grasa.

Factores que hacen fluctuar el peso a lo largo del día


Además, hay diferentes motivos por las que el peso cambia en la misma jornada, sin que sea indicativo de haber engordado. Por ejemplo, un exceso de agua en el organismo, no haber ido al baño con regularidad y el momento del ciclo menstrual en las mujeres tienen influencia. Pasarse con la sal o los carbohidratos un día puede hacer que el número de la pesa aumente también, puesto que hace que el cuerpo retenga líquidos. Sin embargo, todo esto son cosas pasajeras que se solucionan incrementando la ingesta de fibra y agua.

Las balanzas más fiables son las de bioimpedancia, que muestran en su pantalla el porcentaje de grasa corporal, masa muscular, agua y peso neto. Es un método de medición no invasivo que permite calcular todos estos parámetros con la ayuda de la conductividad del agua. Estos aparatos tienen unos electrodos que actúan como salida de corriente y otros como entrada, y mide el tiempo que tarda en llegar de uno a otro. Los músculos tienen más agua que la grasa en su composición, por lo que a más músculo, más rápido medirá. No obstante, tampoco es un método fiable al 100%, pero para las personas que solo buscan mejorar su composición corporal y no compiten en el mundo del deporte, los resultados son efectivos para llevar un control.

Consejos a la hora de pesarse


Para llevarse bien con la báscula, sea del tipo que sea, se deben tener en cuenta una serie de consejos. En primer lugar, hay que usar siempre el mismo dispositivo, aunque sean de la misma marca pero diferentes, pueden variar el resultado. En segundo lugar, hay que hacerlo siempre en ayunas y preferiblemente solo con ropa interior. De esta forma, será más cercana la cifra real, ya que a lo largo del día se van acumulando líquidos, gases, toxinas, etc. En tercer lugar, no hay que mover la pesa, es preferible dejarla en el mismo sitio de la casa para que no se descalibre.

Por último, la actitud es muy importante a la hora de afrontar el número y no darle más importancia de la que tiene. Si se realizan todos los pasos correctamente para perder grasa, puede que no salga el resultado deseado en determinado momento, pero no hay duda de que es el buen camino que se debe seguir.

Nada me gusta más que una buena mente traviesa y ágil para conversar. Curiosa por naturaleza, con ansias de comerme el mundo. Ando siempre en busca de la perfecta combinación de palabras.

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