David Fuentefría, secretario del Aula Cultural de Cine de la ULL, en su despacho. Foto: A. H. García

David Fuentefría: «El cine crea adicción»

Cultura / Ocio

Un par de orlines, carteles, ilustraciones y fotogramas. Desde el expresionismo alemán, hasta el cine de Fincher.  El séptimo arte inunda las paredes que forman el despacho de David Fuentefría. Él es profesor del Departamento de Ciencias de la Comunicación y Trabajo Social en la Universidad de La Laguna y pertenece, en concreto, al Área de Comunicación Audiovisual. Cuenta en su currículum con una gran cantidad de publicaciones sobre este arte, analizando películas como Alien y fenómenos como Stranger Things. Esta trayectoria lo ha llevado hasta el Aula Cultural de Cine de la ULL, donde ejerce como secretario.

La actividad que plantean en su calendario se basa en acercar esta disciplina a la gente y llevar a cabo eventos como ciclos temáticos, prestrenos o proyecciones de cine clásico. Pero esto no ha sido siempre así. De hecho, esta iniciativa vivió en 2016 un proceso de renovación. El principal objetivo de esta evolución fue «despertar una de las principales aulas culturales de la Universidad, que estaba dormida hasta ese momento», comenta Fuentefría. Además, destaca la importancia de la presencia de este proyecto en la sociedad, que es, según cuenta, el objetivo principal de este tipo de programas.

Una de las principales novedades ha sido la creación de Charlas de cine, un espacio que ha reunido, en torno a las proyecciones, a profesores de varios grados que son aficionados al celuloide. «Hemos traído a personalidades muy importantes tanto del mundo actoral como de la dirección a nivel nacional: desde David Santana, que hizo de extra en Star Wars, hasta Javier Gutiérrez, que, para mí, a día de hoy, es el mejor actor de España», recalca el profesor.

«Nunca es mal momento para aprender»


El docente destaca que no es necesario ser un experto sobre la técnica para disfrutar de las actividades que se realizan, ya que hay público de todo tipo. Precisamente, habla del carácter didáctico: «Yo creo que nunca es mal momento para aprender y para acercarse a una industria y un arte como este.  Además, el cine crea adicción». Subraya la experiencia de indagar en las filmografías de diferentes artistas, una forma más de aprendizaje. «Cuando empiezas a ver la obra de un director de forma continuada y empiezas a captar todas sus constantes, todas las cosas que repite en las películas, la experiencia que tienes es similar a la que te puede llevar a identificar a un pintor, por las formas o los estilos que trabaja».

En las proyecciones que se plantean, hay una gran presencia de películas clásicas, cosa que este cinéfilo considera esencial para la comprensión de este arte, pues «es la base de todo». Asegura que es muy importante hacerse una programación sobre este tipo de filmes para ejercitar la mente y adquirir nociones sobre cinematografía. Hace hincapié en el aprender a reconocer a autores anteriores a nosotros, porque, según argumenta: «hay una cultura que es acumulativa y que permite que, con las producciones modernas, no te engañen». Destaca el caso de los trailers en los que aparece la vitola de «del visionario director de…». «Estos visionarios directores de hoy, estoy seguro, cogieron sus referentes en el cine clásico», afirma.

Respecto al aprendizaje que se da en el aula, su secretario explica que hay gente que ha descubierto otros tipos de cine gracias a ellos, como los de otras latitudes. «La gente se tira de los pelos cuando escucha las palabras iraní o coreano, pero cuando indagas puedes descubrir cosas como que la cinematografía iraní es la primera del mundo fundada por una mujer, por una poetisa», sostiene. Fuentefría intenta hacer ver, con esto, que todas las modalidades del séptimo arte tienen su historia y que «se trata de estimular la creatividad».

«Sí se puede estimular la cultura y atraer a la gente»


El profesor confiesa no tener ninguna película favorita, sino corrientes concretas que le interesan, tendencias que han sido capaces de perdurar y que inspiran a muchos cineastas actuales. «Yo era un chaval de los 80 y crecí viendo películas de Tim Burton, por ejemplo. Yo pensaba: ‘es un genio, ¿este hombre de dónde saca las ideas?’», relata. Pero asegura que tras estudiar varias filmografías distintas, reconoce a este director como un admirador de diferentes corrientes, como el Expresionismo alemán. Además, aporta un ejemplo, El gabinete del doctor Caligari: «El sonámbulo de esta película inspiró a Eduardo Manostijeras, su cara, su atuendo, sus manos».

Respecto a su porvenir, el secretario de esta iniciativa encuentra como objetivo principal el seguir creciendo. «Hasta ahora las cosas van genial (…), la gente está respondiendo, no solo a la hora de acudir a las películas, sino que después habla muchísimo, hace muchas preguntas y eso nos encanta», comenta. Por eso, cree que el destino del aula tiene que ir «encaminado a buscar esa misma respuesta del público».  También anima a alumnos de toda la Universidad a que participen pues, como él indica, están abiertos a toda la comunidad.

«Decimos que la gente no se interesa por la cultura o que esto nos interesa cada día menos, pero creo que entre todos estamos creando una oferta muy interesante», reflexiona el docente. Ante esto, mantiene la esperanza en el presente y en el futuro: «Estamos sacando en claro que sí se puede estimular la cultura y atraer a la gente».

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