‘Bioshock’: atrapados en la distopía submarina de Rapture

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Bioshock es un videojuego de acción en primera persona desarrollado por Irrational Games, en 2007. Cuenta con versiones para PC, Xbox 360 y Playstation 3. Tras el lanzamiento de este juego, la compañía responsable puso en marcha una secuela, Bioshock 2, la cual toma lugar en el mismo escenario que la primera entrega; y una tercera parte, Bioshock Infinite. El año pasado salió a la venta Bioshock: The Collection, una recopilación de las tres entregas remasterizadas para Playstation 4, Xbox ONE y PC.

En Bioshock tomaremos el rol de Jack. El juego comienza con un accidente del avión en el que viaja el protagonista. El avión se estrella en el mar y Jack es el único que logra sobrevivir. Nadando con el objetivo de abandonar el lugar del siniestro se encuentra con algo que capta su mirada: un faro que se erige en el mar. Las puertas, para su suerte o desgracia, están abiertas, así que se adentra en el lugar hasta encontrar una cápsula submarina que le dirige hacia Rapture, una ciudad bajo el mar. A partir de aquí deberemos abrirnos paso por los recónditos y lóbregos rincones de Rapture, luchando contra mutantes y criaturas hostiles, a medida que surgen nuevos objetivos para tratar de escapar.

La trama es, sin duda, uno de los pilares de Bioshock. Aunque al principio no parezca más que el intento de huida de nuestro protagonista, con el tiempo los sucesos se tornan más enrevesados y nos hallaremos ante ciertos giros de la trama realmente sorprendentes. Giros que nos harán cuestionarnos muchos aspectos, pero en especial nuestra propia sumisión como jugadores.

Suspense bajo el agua


Respecto a la experiencia del juego en general, al tratarse de un juego en primera persona, la inmersión es un objetivo importante que alcanzar y esto se logra notablemente. La ambientación y el diseño de escenarios es muy acertado: Rapture es una ciudad lúgubre que, sin embargo, mantiene algunos resquicios de su grandeza. Todos los rincones colaboran en ofrecer esa sensación de decadencia, de una ciudad que se ha sumido en un silencioso caos, en una aparente quietud y que ya no es ese resplandeciente lugar que algún día fue.

La banda sonora es un elemento que también procura la inmersión del jugador; con una mezcla de temas originales y canciones de las décadas de los 30, 40 o 50, ayuda a crear una atmósfera de constante tensión y misterio. El jugador, además, tiene en sus manos la posibilidad de completar su propio conocimiento sobre la trama, todo a través de grabaciones que puede hallar explorando el mapa.

Asimismo, la dinámica de Bioshock se basa en un sistema de combate que incluye armas y plásmidos: mejoras genéticas que proporcionan habilidades sobrehumanas al usuario. La clave en el juego radica en la combinación de estos dos elementos, además de la elección de plásmidos en base a nuestras necesidades en la lucha. En este sentido, la paleta de plásmidos es bastante amplia y es posible aumentar el poder o nivel de estos consiguiendo su versión mejorada, normalmente ocultos en habitaciones secundarias, por lo que la exploración es un aspecto a tener en cuenta.

La ciudad al margen de la ética


Por otra parte, el videojuego nos presenta un interesante debate sobre la ética y moral. A medida que avanza la historia, descubrimos que Rapture fue creada por Andrew Ryan, un rico empresario, que se proponía la elaboración de una ciudad al margen del resto del mundo, una ciudad, por tanto, aislada de las normas y convencionalismos de la sociedad de la época. El magnate defendía un modelo económico, político y social en el que la libertad y el dinero se hallaran en la cúspide (un sistema basado en el principio laissez faire). Rapture, pues, se presentaba ante los ojos de múltiples científicos como un paraíso aislado de la ética convencional y, en definitiva, un lugar ideal donde hacer florecer proyectos censurados o prohibidos en el mundo.

Como consecuencia, precisamente, de esta libertad, el desarrollo de la ciencia y la biotecnología fue extremadamente acelerado. Los científicos, al no ser vigilados y juzgados por los códigos morales de la sociedad, no se vieron sugestionados en ningún sentido y no dudaron en realizar experimentos de dudosa moral a humanos. Así, nacieron los Big Daddies y las Little Sisters. También se creó el ADAM, una sustancia capaz de reescribir el genoma humano y que adquirió mayor popularidad cuando se empezó a comercializar junto a los plásmidos.

Así pues, las grabaciones que hallamos en los diferentes escenarios nos permiten conocer los sucesos acaecidos en Rapture, pero el tema de la ciencia y su amplio avance debido a la libertad ofrecida es algo recurrente. Desde los desesperados experimentos por producir mayores cantidades de ADAM hasta la descripción del proceso de conversión de un sujeto en Big Daddy, el juego nos hace plantearnos el coste humano del avance científico. Esta cuestión no será la única que nos conduzca a la reflexión, también tendremos que tener en cuenta ciertas acciones durante el juego que determinarán el tipo de final que obtendremos.

En suma, Bioshock es la perfecta inauguración a una interesante saga. Un videojuego sobresaliente que ha ganado merecidamente un hueco entre los mejores de la historia.

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