Rosa Aguilar recibió el bastón de mando de la ULL de manos de Antonio Martinón. Foto PULL

Aguilar apela a la transformación de la ULL y al valor de las personas

ULL

La Universidad de La Laguna tiene desde hoy 10 de junio nueva rectora. La catedrática Rosa María Aguilar Chinea tomó posesión  de su nuevo cargo en un acto solemne celebrado en el Paraninfo de la Institución académica, presidido por el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo. La nueva representante de la ULL  recibió los atributos de mando de manos del rector saliente, Antonio Martinón, para luego dirigirse a la comunidad universitaria, apelando a la necesaria transformación de la Universidad de La Laguna y a la importancia de contar con la motivación de todos los sectores para perseguir el cambio.

Aguilar reclamó una institución «solvente y rebelde», dado que en su opinión se necesita «un entorno de docencia, investigación y de gestión eficaz, participado y transparente», al tiempo que resulta preciso «huir del conformismo y ambicionar la mejora y la innovación». En los próximos años, agregó, «esta institución debe afrontar numerosos retos para adaptarse a una sociedad nueva y cambiante».Además, dijo que «el alumnado tiene que ocupar una posición central en el diseño de todos los objetivos y acciones; hemos de conseguir una gestión moderna y transparente, modélica en las formas y eficiente en sus resultados; y tanto el personal de administración y servicios como el docente e investigador tienen que sentir el respaldo de la institución».

Modernización de las titulaciones


Otro foco de atención destacado por la rectora en su discurso de toma de posesión fue la modernización de las titulaciones y la mejora de las infraestructuras. No obstante, precisó, esta mejora de la enseñanza no puede quedar desligada de las condiciones materiales en las que se desarrolla la actividad docente. «Varias de nuestras infraestructuras requieren renovaciones o arreglos para ajustarse a los mínimos indispensables», afirmó, para añadir que es necesario un modelo de gestión moderno y transparente «que convierta a nuestra universidad en un centro académico proactivo».

La rectora enfatizó en este punto que no hay transformación posible sin la implicación de las personas, especialmente del personal de administración y servicios: «Nuestra institución tiene que comprometerse con ellos y tiene que hacerlos partícipes de nuestros objetivos estratégicos. Tenemos que desarrollar un plan integral de recursos humanos, y articular no solo la redefinición y modernización de la relación de puestos de trabajo, sino también unas perspectivas de promoción profesional estimulantes. Hemos que posibilitar su progreso personal reconociendo su experiencia, sus conocimientos y su compromiso con la institución».

En cuanto al personal docente e investigador, Aguilar indicó que el exceso de burocracia dificulta sobremanera su trabajo, cuestión en la que también piensa trabajar. «La investigación exige nuestro firme respaldo. Nuestros investigadores e investigadoras no necesitan ‘control’, sino un apoyo claro y decidido. Esperamos del personal investigador, así como de nuestros institutos de investigación, el mayor de los esfuerzos», apuntó.

Renovación de la plantilla y talento


La rectora subrayó también, que uno de los grandes retos pasa por la renovación de la plantilla. «En los próximos diez años se jubilará el 55 % de nuestro profesorado, de nuestro mejor capital humano. Tenemos que transformar el problema en una oportunidad para conseguir una renovación planificada de la plantilla que favorezca el avance en la investigación, la docencia y la transferencia», afirmó.

En este proceso de renovación también es fundamental retener el talento joven, añadió Aguilar, quien dijo conocer bien la realidad de este colectivo: «Cada vez se dedica menos presupuesto a su contratación y muchos de ellos han estado cobrando menos del salario mínimo interprofesional. Incluso los últimos cambios normativos que mejoran sus condiciones, no se han aplicado todavía. Hemos de eliminar la precariedad y favorecer su promoción».

Rosa Aguilar resulta «imprescindible» mejorar tanto los contratos predoctorales y postdoctorales, como todos los programas destinados a la internacionalización: «Debemos conseguir una posición de liderazgo, contribuyendo al desarrollo regional. El desarrollo tiene que ser, también, desarrollo en sostenibilidad, igualdad y justicia social, en la cultura de la paz, inclusión y lucha contra la violencia de género».

Aguilar también tuvo palabras para enfatizar el valor de lo público, y afirmó que solo la universidad pública puede nivelar las diferencias sociales y ofrecer una verdadera igualdad de oportunidades a todo el alumnado. «Yo misma, junto con muchos de los profesores, soy un ejemplo de ello», dijo.

«Una universidad centrada en el alumnado»


Rosa María Aguilar definió la universidad que persigue: centrada en el alumnado, que sea referencia en investigación, con vocación de servicio público, respetuosa con todas las sensibilidades y con una gestión transparente. Asimismo, apelando a su condición de ingeniera, Aguilar aseveró que afrontará esta tarea con el mismo espíritu de trabajo con el que Agustín de Betancourt lo hizo en su tiempo. «El ingeniero tinerfeño se esforzó por conseguir innovaciones tecnológicas que mejoraron la vida de la sociedad de su época. Con esta ambición, salió del pequeño pueblo que era entonces el Puerto de la Cruz, viajó por medio mundo, aprendió idiomas, observó los avances científicos y los aplicó a sus proyectos», apuntó.

Consenso y respeto a las universidades


Por su parte, el presidente del Gobierno de Canarias señaló al final de la sesión que, tras superar un periodo de crisis muy severo que impactó en la vida cotidiana de las personas y en las instituciones, se ha mantenido en los últimos cuatro años una colaboración intensa con las universidades canarias «para construir una relación ordenada y sistemática, provechosa y mutuamente beneficiosa». El presidente agregó que se ha avanzado en la implantación de un modelo estable de financiación y se han incrementado la inversión en I+D+i a través de proyectos.

El respeto y el consenso han sido las claves de la colaboración institucional, señaló Clavijo. En este punto, el presidente agradeció la actitud del rector saliente y su equipo, Antonio Martinón, por su «generosa receptividad, atención incansable, sincera voluntad de cooperación, siempre desde la defensa de la institución universitaria».

En su intervención, el presidente apuntó que estas instituciones «no son maquinarias burocráticas que expenden títulos académicos, sino que hacen ciencia y desarrollan tecnología. Son una fuente de cultura cívica, de pensamiento crítico y de análisis estratégico». Afirmó que deben contribuir a mejorar el tejido empresarial local y han de facilitan un puente hacia el conocimiento global a través de los vínculos universitarios con centros de otras comunidades u otros estados.

Fernando Clavijo sostuvo, finalmente, que la rectora Rosa Aguilar cuenta con un sólido prestigio académico y un amplio respaldo de la comunidad universitaria para sacar adelante un proyecto de reforma ampliamente consensuada. «Con mi compromiso de colaboración, señora rectora, también va un sincero deseo de buena suerte, porque el éxito de la Universidad de La Laguna, el éxito de las universidades públicas canarias, será el éxito de nuestro país», concluyó.

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