«Para mí el verano es pintar»

Cultura / Ocio

Andrea Castro Martín es una joven palmera que estudia Biología en la Universidad de La Laguna. Sin embargo, más allá de las paredes del aula, se dedica a dibujar, pintar y sacar fotografías a los detalles que, muchas veces, no somos capaces de apreciar a simple vista. Es autodidacta en estos últimos aspectos, movida siempre por las ganas de superarse a sí misma. No descarta la posibilidad de realizar una exposición con las imágenes de mejor calidad y afirma que uno de sus mayores sueños es poder publicar un manga.

¿Desde cuándo te viene la afición por el dibujo? ¿Cómo surgió? “Viene desde que soy muy pequeña, desde que te mandaban a hacer cosas para clase y estabas en Preescolar y te pedían que dibujaras a tu madre, a tu perro… Y yo dibujaba en mi casa. Cuando era aún más pequeña, con 3 o 4 años que empiezas a entender las cosas, pues veía los dibujos de la televisión y quería dibujarlos igual. Y así empezó todo. Intentaba que me salieran parecidos y me pasaba los veranos pintando. Para mí el verano es pintar”.

¿Has aprendido por tu cuenta o cuentas con algún tipo de formación? “Más bien he sido autodidacta. Una vez cuando tenía 6-7 años hicieron aquí en Los Llanos un curso de acuarela, pero fui solo un día. Me pilló de improviso. Me enteré la noche antes de que empezara de que era gratuito y no necesitaba inscripción, así que decidí ir. Sin embargo, no me gustó demasiado porque te dejaban muy a tu bola, te decían que eligieras una foto, que la pintaras… Con 7 años no sabes pintar una foto. El profesor te decía que hicieras un trazo u otro y le dieras tal color, pero en los últimos diez minutos le pregunté que qué tal estaba para que me dijera qué mejorar, principalmente. Él lo que hizo fue coger el bolígrafo. Hizo un par de arreglos, cogió el pincel y lo hizo todo él…”.

«Las manos son horribles para dibujar»


¿Y en qué te apoyas para mejorar la técnica? “En libros de anatomía. Los músculos y, sobre todo, las manos son horribles de dibujar. Si puedo evitarlas, no las pinto”.

¿Con qué material a la hora de dibujar te sientes más cómoda? “Con creyones, la verdad. Porque las acuarelas son complicadas. Hay días que me salen las cosas y otros días que no. Con los creyones es mejor, son más fáciles de manejar. Me salen mejor, a mi parecer, con los lápices. Tardas más y te duele la mano después, pero lo prefiero”.

¿Hay alguna gama de colores que te agrade más que otra? “El violeta. Y los azules y verdes, para las sombras. Me gusta hacer las sombras con colores. Y el morado y los rosados son mis preferidos a la hora de pintar”.

¿A que se debe lo de hacer las sombras a color? “No sé, en realidad me aburría hacerlas siempre de gris. Me quedaba como muy oscuro y monótono y sentía que le faltaba una chispa”.

¿Has pasado por alguna época donde el colorido haya quedado relegado a un segundo plano? “Cuando empecé a centrarme en lo que es el manga, los hacía solo a lápiz. Dibujaba, hacía las sombras correspondientes y lo dejaba así, como si fuera hecho con carboncillo. Luego empecé a probar con colores y me gustó mucho más. Es cierto que, últimamente, por falta de tiempo, no los pinto. Dejo los bocetos como tal y ya está”.

«Me gusta sacar fotos para ver qué especie es esa planta o animal»


También te gusta la fotografía. Por regla general, sacas imágenes de flora y fauna. Será que estudias Biología… “Sí, justamente. Desde siempre me han gustado los animales y a mi hermana le regalaron una cámara más o menos buena, semiprofesional, y como no la usa mucho de vez en cuando la cojo yo”.

También te sueles centrar en cosas muy concretas, en los detalles… “Siempre me fijo en esas cosas. Me gusta detenerme en los detalles, como los ojos de mi gata. Los tiene muy azules y cuando se está quieta intento pillarlos con la cámara, aunque es complicado. Ja, ja, ja… O también en las escamas de las alas de las mariposas, pero eso es más difícil porque normalmente se van cuando te acercas”.

«Veo la naturaleza como una obra de arte»


¿Ves la naturaleza como una obra de arte en sí misma?  “Sí, sin duda. Me parece preciosa. Aunque suene muy infantil, me gustan las cosas bonitas. Todo lo que me agrada a la vista lo fotografío o lo dibujo. Los animales son muy especiales también. Cuando decido hacer click con la cámara es porque sé que eso vale la pena inmortalizarlo y es digno de ver a posteriori”.

¿Y cómo consigues compaginar estas aficiones con los estudios? “Llevaba sin pintar algo a color desde Navidades. Durante el curso les dedico muy poco tiempo. Es un verdadero suplicio”.

«Mi sueño es publicar un manga»


¿Tienes en mente algún proyecto, como un recopilatorio de dibujos o imágenes? “En lo que respecta a la fotografía no me lo había planteado. Quizás en un futuro cuando tenga una colección de fotos que realmente valga la pena. Y con el dibujo, sí. Estuve bastante tiempo planteándome dedicarme solo a eso. Segundo de Bachillerato fue un calvario porque no tenía ni idea qué hacer. Pensaba meterme en Medicina, pero al final necesitaba hacer algo de animales. También me planteé hacer un curso de manga que había visto en Madrid. Pero al final decidí que, como el curso estaba todos los años, podía terminar la carrera y hacerlo después, así que no lo descarto. Me encantaría publicar un manga. Es mi sueño”.

¿De dónde viene tu gusto por el manga? “Desde muy pequeña. Los dibujos que veía eran sobre todo anime, que es el manga transformado en dibujos animados para la televisión. Estaba muy acostumbrada a verlo, me gustaba mucho y le acabé cogiendo el gustillo. Ya cuando empezaron a traer libros con esas ilustraciones fue cuando me di cuenta de que era lo mío”.

«A la Facultad de Biología le vendría bien un lavadito de cara»


Y centrándonos en la ULL, ¿cómo te va? “Por ahora bien. Este año ha sido bastante difícil porque los horarios han sido por la tarde y tengo las prácticas por la mañana y nos coge el día completo. Pasamos semanas y semanas sin pasar por el piso a mediodía. Ni siquiera íbamos a comer. Siempre estábamos en la Facultad. Salvo ese detalle, de resto bien. Este año es más específico y me ha gustado mucho más”.

¿Estás contenta con las instalaciones? “Empecé Veterinaria en la ULPGC pero no era lo mío y me cambié. Allí, la Facultad es mucho más moderna que la nuestra, que es bastante vieja. Creo que a Biología le vendría bien un lavadito de cara”.

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